Principio que busca asegurar la igualdad entre hombres y mujeres a través de un criterio de representación equilibrada en puestos de poder y/o decisión en distintas esferas de la vida política, económica y/o social. De hecho, el grado de paridad de las instituciones políticas y económicas se considera actualmente un indicador de la calidad democrática de los países.

Una presencia equilibrada de hombres y mujeres busca que se refleje mejor la composición de la sociedad, que se garanticen los intereses de las mujeres en la elaboración de las políticas públicas y se contribuya a eliminar la percepción que la política es cosa de hombres.

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